Bilardo era famoso por su perfeccionismo y obsesión con la táctica y la estrategia del juego, que llamó la atención tanto de seguidores como críticos. La era de Bilardo comenzó en mayo de 1983 con un empate 2-2 con Chile en Santiago. El equipo fue eliminado en la primera ronda con tres empates (un 2-2 de local y de visitante ante Ecuador; y un 0-0 contra Brasil de visitante), y una victoria (1-0 ante Brasil de local).