Durante la fase de grupos además, Messi logra en cada uno de los tres partidos el reconocimiento al «mejor jugador del partido», en gran parte, debido a sus goles (el único gol que no fue de Lío había sido convertido por Rojo contra los nigerianos, de hecho). Sus pases filtrados siempre generaban muchos problemas a la defensa del Barcelona, pero fueron muchas veces las que le tocó empezar desde el banquillo debido a su fama de jugador irregular.